Ciudad Victoria, Tamaulipas.-Cada año, cuando octubre llega, también lo hace una de las postales más emblemáticas del cielo mexicano: la luna llena que se alza imponente, brillante y de una belleza única. No es casualidad que en el imaginario colectivo se diga que “las lunas de octubre son las más hermosas”, una expresión popular que mezcla ciencia, cultura y romanticismo.
Desde tiempos antiguos, los pueblos originarios de México ya prestaban especial atención a los ciclos lunares, y octubre marcaba el inicio de una temporada de transición entre el final de la temporada de lluvias y la llegada del otoño, con cielos más despejados y condiciones ideales para observar la luna en todo su esplendor.
El fenómeno tiene también una explicación astronómica. Durante octubre, debido a la inclinación de la Tierra y su posición con respecto al Sol, las noches suelen ser más claras y frescas, lo que permite una visibilidad más nítida del satélite natural. Además, es común que la primera luna llena de este mes coincida con la llamada Luna del Cazador, un evento que ocurre poco después del equinoccio de otoño y que se caracteriza por su luz intensa y su color ligeramente dorado o anaranjado, debido al ángulo con el que los rayos del Sol atraviesan la atmósfera.
Pero más allá de la ciencia, las lunas de octubre han inspirado canciones, poemas y momentos memorables. En la cultura popular mexicana, mirar la luna en estas fechas se asocia con el amor, la nostalgia y la contemplación. No es raro escuchar a generaciones mayores recordar con cariño aquellas noches de luna llena en octubre como el telón de fondo de historias de juventud y romance.
Así, octubre se convierte no solo en un mes de cambio estacional, sino también en una invitación a mirar hacia el cielo, a detener el paso y dejarse asombrar por una luna que, según muchos, brilla como en ningún otro mes del año.


















